Mis 7 Lecciones de Bienestar

Feb 2, 2018

 

Yo sé que me ven aquí y quizás estén esperando que les hable de nutrición, pero tengo que
coincidir con lo que les ha dicho Martina: de nada sirve preocuparse por lo que nos alimenta el
cuerpo sin antes observar lo que alimenta nuestras emociones.

Por eso, en vez de hablarles de mi experiencia como coach de salud o como empresaria joven,
quiero hablarles de las siete lecciones de bienestar que he aprendido por las buenas y por las
malas en estos dos últimos años. Yo comencé esta ruta profesional muy joven, y siento que
ahora estoy pasando a una nueva etapa en mi vida, quizás en la que muchas de ustedes están.
Meterme estos siete mandatos en la cabeza ha hecho que tenga una tranquilidad y una
estabilidad mental y emocional que no había experimentado en mucho tiempo, y yo creo que
ahí verdaderamente se encuentra el bienestar.

LECCIÓN UNO: APRENDER A DECIR QUE NO

Voy a comenzar con la más fuerte primero. Para tener éxito profesional, muchos expertos
recomiendan decir que sí a todas las oportunidades que nos caen. Yo aprendí que también hay
que saber decir que no a una gran parte de ellas, porque el ser humano se desgasta.
Cuando comencé con Vita Healthy & Fit y abrí the Vita Place, iba a todos los eventos sociales
que me invitaban, para poder difundir mi marca personal. Aparte, en mi vida personal, yo
también acostumbraba a hacer lo mismo, tanto con el tipo de juntaderas como el tipo de
persona.

Sin embargo, yo veía que ese tiempo dispersa por la calle me pasaba factura emocional
después: o me faltaban energías por un lado o el estar tan expuesta todo el tiempo me afectaba
la concentración y mis capacidades de cuidado propio. Al final, entendí que solo merece un sí el
evento, la juntadera o el amigo que nos va a aportar algo, o que verdaderamente ha estado ahí
para nosotros.

En otras palabras, yo aprendí a no sentirme culpable al decir un “no”. Quítense ese peso
emocional de encima y cada vez que les caiga una invitación, piensen: “¿Esto vale la pena
emocionalmente?”. Van a ver cómo, de una vez, la agenda se organiza sola.

LECCIÓN DOS: QUERERTE A TI MISMA

En la primera lección yo les mencioné el cuidado propio, y no fue algo al azar. El mundo no nos
va a cuidar como nos podemos cuidar nosotras mismas. Cada persona tiene una gran
responsabilidad en cómo reacciona a los estímulos negativos que nos tira la vida.
Por ejemplo, miren el tema de las relaciones. Uno muchas veces no escoge de quién se
enamora, pero sí tiene que tener las antenas alerta para saber cuándo una relación está
teniendo un impacto negativo. Miren, yo estuve en una relación súper tóxica durante casi una
década. La gente mayor suele decir “si amas algo déjalo ir”, que es la versión antigua de la frase
“lo que ta pa ti, ta pa ti”. Yo lo entendí en esa relación: me estaba saliendo más la sal que el
chivo, y decidí soltar para que dejara de hacerme daño. Yo comprendí que si verdaderamente
esta relación me convenía, la vida me lo iba a demostrar. En vez de eso, la vida me demostró
que tomé la decisión correcta al entender que yo era la protagonista de mi película, y debía
preocuparme por mi salud mental primero.

En ese momento dije “es hora de darme cariño A MÍ MISMA”. Mis prioridades cambiaron. Me
empecé a enfocar en comer mejor, en disfrutar mi tiempo en el gimnasio, en darme un masaje
cuando mi cuerpo lo necesitara. Como no estaba concentrada en estar peleando ni comía mal
por efectos de la ansiedad, mi salud mejoró. El estrés, los nervios y la salidera descontrolada me
habían hecho que mi salud mental se fuera por mal camino. Al ponerme a mí misma como
prioridad, mi bienestar emocional volvió a encaminarse.

LECCIÓN TRES: HAY QUE COGER LAS COSAS UN CHIN MÁS SUAVE

OK, yo soy la protagonista de mi película, pero… ¿adivinen qué? Ya. Solo de la mía. La gente
piensa mucho menos en mí de lo que yo me imagino, y lo mismo pasa con todos nosotros.
Entender eso fue liberador, y me hizo entender que no debo cogerme nada personal, porque
muchas veces los demás hacen cosas que repercuten sobre mí, pero esa no fue la intención.
Por eso, lección número tres: hay que cogerse la vida un chin más suave. Hay que bajarle a la
intensidad.

No sé si ustedes me siguen en Instagram, pero hace unos meses yo llenaba esos Stories. Lugar
que iba, lugar que ponía en mis Stories. A correr, gimnasio, oficina, reunión, almuerzo: ahí
estaba eso registrado. Sin embargo, me di cuenta de que eso se convertía en una distracción, y
en vez de dar mi 100 por ciento en el lugar en el que estaba, solo daba el 95 por ciento. Me
funcionaba, pero yo sentía que podía dar mucho más.

Igual me pasaba con el entrenamiento físico: como estaba preparándome para un medio
maratón, me volvía loca con mis prácticas y el gimnasio. ¡Me obsesioné con eso! Llegaba el
miércoles cada semana y ya me encontraba agotada.

Por eso, decidí ser menos intensa con muchas cosas —o, en buen dominicano, a cogerlo más
suave—. Yo ahora estoy intentando estar en casa a las siete de la noche, porque antes llegaba
tardísimo todos los días. Así puedo cenar tranquila, leer, tomar un baño tranquila, tener más
tiempo para mí. Entendí que yo no tengo por qué agotarme todos los días, sin necesidad. Uno
muchas veces quiere ser la Mujer Maravilla y exigirse más de la cuenta, pero hay que ser humilde
y aceptar que la energía física y mental tienen sus límites.

LECCIÓN CUATRO: APRENDER A ESTAR SOLA

Aquí viene una difícil: hay que aprender a aprender de sí misma, estando sola. Como les dije
anteriormente, estuve ocho años de amores con una persona. Cuando terminamos, al poco
tiempo salí con otra persona, y al instante lo formalizamos. Yo no me di el tiempo de determinar
qué era lo que yo verdaderamente necesitaba en esa etapa de mi vida.

Ahora que tengo desde mayo soltera, me he dado el tiempo de aprender de mí misma. Antes yo
estaba en búsqueda, preocupada en salir para ver. Ahora estoy mentalizada, sabiendo que si
llega una persona maravillosa, perfecto, pero si no, perfecto también.

Creo que en República Dominicana pensamos que uno obligatoriamente debe estar en pareja
con alguien… ¡y no solo pareja amorosa! Aquí cada quien debe estar en un grupito social. Tengo
amigas que me han comentado que se sienten incómodas estando solas en sus casas. Estamos
bombardeados de tantos eventos sociales, tanto Instagram, tanto WhatsApp, que estar en casa
con los pies para arriba, leyendo o en la compu, no se usa. ¿Por qué? ¿Qué nos asusta tanto de
estar con nosotros mismos, meditando, disfrutando de nuestra propia compañía?
Hay que darle mente a eso, porque, al final, si uno está bien consigo mismo va a estar bien con
todo el mundo. Aunque llegue o se vaya alguien. ¿Se fue un novio? No hay problema. ¿Llegó una
amiga nueva? No hay problema. Cuando uno necesita de otra persona todo el tiempo, se cae en
engancharse en relaciones tóxicas. Por ejemplo, yo hace un tiempo necesitaba sí o sí estar en
un grupo de amigas, sin darme cuenta de que cada vez que nos juntábamos era para acabar con
los demás y que eso terminaba afectándome. El que se junta con cojos, a la semana cojea. No
hay necesidad de juntarse con gente que no te hace feliz, que no te suma. Hay que encontrar
personas con quien uno comparta los mismos valores.

LECCIÓN CINCO: ENCUENTRA ALGO QUE TE APASIONE

Yo veo mucha gente sentada en un trabajo de oficina, que tiene el sueño de salir de ahí y montar
su propio salón de belleza. ¿Por qué no lo hacen? Por miedo. Yo he visto, tanto en mi caso como
en el caso de emprendedores exitosos, que hay que soltar el miedo, salir de la zona de confort y
decidirnos a hacer lo que nos apasiona. Yo siento dentro que, si algo verdaderamente te
apasiona, te vas a entregar de tal manera a ese proyecto que al final te va a ir bien.

Ahora, lo importante es no copiar. No es ponerse a hacer jugo porque Vita está haciendo jugo y
le va bien. Yo me levantaba a las cinco de la mañana a pura vocación, porque era algo que me
corría por las venas. Para mí no era una carga ni me costaba ese esfuerzo, porque era algo
orgánico, que verdaderamente me gustaba. Si es algo que verdaderamente te gusta, te va a salir
natural. Por ejemplo, no me cuesta estar hoy delante de ustedes hablando, porque me encanta
poder compartir las lecciones que he aprendido sobre el bienestar. Cada quien tiene algo que le
sale natural, y yo creo que tiene que descubrirlo para poder ser exitoso.

A veces me encantaría poder borrar la frase “yo quisiera” del vocabulario de la gente a mi
alrededor. Si no dejas de pensar en algo, no digas “yo quisiera”. Busca la forma de hacerlo. Si
tienes una traba financiera, perfecto, ahí lo entiendo. ¿Pero si es algo solo de planificación? Yo
siento que en República Dominicana tendemos a ser muy conformistas, y dejamos pasar los
años sin darnos cuenta. Antes solo habían como cinco profesiones que traían seguridad sí o sí,
pero ahora, afortunadamente, el panorama se ha expandido. ¡Solo tienen que ver cuántas
coaches de bienestar somos en el país! Es posible tener carreras con profesiones no
tradicionales. Solo hay que creer en lo que uno hace.

¿Cuál es el primer paso que uno debe dar? Escuchar su intuición, creer en su instinto. Si hay
algo dentro tuyo que te está carcomiendo de emoción, escúchalo y lánzate. Como dice Gabby
Bernstein, una coach de bienestar estadounidense, “no necesitas encontrar tu propósito de
vida, sino que tu propósito te encontrará a ti.” Para mí eso es muy poderoso. Yo creo que uno
dentro ya sabe qué es lo que lo emociona verdaderamente, y hay que tener la valentía de
hacerle caso al instinto.

LECCIÓN SEIS: APRENDER A PERDONAR Y BORRAR

Yo he aprendido a quitarme pesos de encima. Si alguien me hace algún tipo de daño, me hace
más daño no perdonar. Eso no significa que la relación siga siendo igual, con el mismo tipo de
confianza. Sin embargo, yo no hago nada guardando esa rabia o esa amargura dentro. He
entendido que tiene valor aceptar lo que sucedió, que el corazón esté bien, y seguir hacia
adelante.

A veces es cuestión hasta de perdonar interiormente. Es sanar esa pequeña espinita por haber
tenido un pleito con fulano o fulana tal día. Si un ex novio te pegó 20 cuernos, eso no significa
que vas a perdonarlo para que te pegue el número 21. Lo que sí significa es que vas a quedar en
paz, aceptando que esa persona es así y que tú no tienes la culpa de eso, y seguir adelante. Es
no vivir con esa rabia interna, esa ansiedad que te puede llevar a parar en loca algún día.

Hay mucha gente que no tiene las mismas ganas que tú. Que tú perdonaste, no significa que la
otra persona también lo haya hecho, o que esté bien contigo. Lo importante, para tu paz
interior, es dejarlo pasar. Como también dijo Gabby Bernstein: “The F in forgiveness is for
Freedom.” La libertad de estar tranquila contigo misma es mayor a cualquier pique, cualquier
pleito, o como dijo Paez, de hacerse de enemigos que no estén a la altura de un conflicto.

LECCIÓN SIETE: TENER UN RITUAL MATUTINO

Hay que empezar el día con el mejor pie posible, y yo me he dado cuenta de que lo que me
ayuda es levantarme con gratitud. Antes de tomar el celular, trato —y digo “trato” porque estoy
buscando manejar esa pequeña adicción— de cerrar los ojos y agradecer algo que tengo en mi
vida. Le digo a la vida que mi intención es dar lo mejor de mí, y pedir que me vaya bien en algo.
A veces también soy muy terrenal y digo que mi intención es cogerlo suave y que los tapones no
me vuelvan loca, porque hay que ser sincera. La idea es cumplir esa intención en el transcurso
del día, y tenerla en cuenta, para cumplirla de verdad.

Otra cosa que hago es dar gracias por estar viva, por poder ir a trabajar. Antes de tomar el
celular, cualquier periódico, de sobrecargarte de información externa, trata de cargarte de
información interna. Si rezas, reza. Si das gracias, da gracia. Si te mentalizas, mentalízate.
Cuando empiezas con buena energía, con un buen desayuno, con buena música en el carro,
todo está vibrando en una buena sintonía.

Y si uno se propone empezar bien cada día, los días se transforman en semanas, las semanas en
meses, y los meses en tu vida. Empezar cada día con un buen ritual significa llevar la vida bien.

UNA ÑAPA

Yo les dije que les iba a hablar de siete lecciones, pero en realidad, son ocho: les guardé la más
grande para el final, de ñapa.

Si yo estoy aquí hoy es porque la vida me la puso difícil hace unos años. Yo pensaba que iba a
estudiar Publicidad en Miami y seguir por ahí mismo, pero mi familia entró en tal dificultad
económica que tuve que volver de Estados Unidos y me vi con la carrera trabada. Hay una frase
que me ha dado mucho aliento, que dice que los obstáculos son desvíos hacia la dirección
correcta. Justamente porque yo me vi sin un camino profesional, decidí hacer lo que me
apasionaba, comenzando en la cocina de la casa de mis papás, y hoy estoy aquí. Los problemas
duelen, pero hay que encontrar la forma de seguir hacia adelante.

La felicidad interna, sin importar lo que esté sucediendo a nuestro alrededor, es lo que nos
mantiene con un norte fijo. En momentos difíciles, ayuda poder tener ese ancla. Ya sea
meditando, que puede ser estar en calma cinco minutos para pensar en tu vida y en tu día, o
tratando de atraer cosas buenas y energía positiva a tu vida con tu actitud, o escribiendo lo que
te interesa tener en tu vida a corto y mediano plazo, eso ayuda. O tal vez buscar ayuda
profesional, con un psicólogo. Yo comencé unas sesiones con un terapeuta excelente, y me
ayudó a pensar con luz en un momento de confusión.

Mucha gente ve como algo extraño, pero de verdad, ayuda. Yo hoy siento que estoy mucho más
clara con las cosas que quiero y la gente que deseo tener a mi alrededor. De nuevo de nada vale
alimentar tu cuerpo correctamente si no estás alimentando tus emociones como debe ser.

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