MI EXPERIENCIA CON LOS COLÓNICOS

Mar 18, 2021

Mi hermana, Danielle, me vino con algo loco el pasado marzo: se le metió en la cabeza que hacerse un colónico era lo mejor del mundo, pues se había hecho uno en Miami y quedó encantada —mi reacción, obviamente, fue un gran “¡FO!”—. Yo había leído de todo, y sabía que era saludable, pero nunca me atrevía a hacerlo porque no sabía en quien confiar algo tan delicado.

Por pura casualidad, meses antes había comenzado a seguir la cuenta @mwshealth en Instagram, ya que una de las dueñas era mi colega en el Institute of Integrative Nutrition. Al ver sus interesantes entradas sobre los efectos de los colónicos, un día caí e hice mi cita en My Wellness Solutions, para que coincidiera con el fin de semana después de mi medio maratón en NYC.

Mi hermana y yo llegamos al centro en la calle 125, en Harlem, y mi primera impresión fue que era un lugar limpio y profesional. Al entrar a la habitación sentí estar en un spa —todo era taaaan calmado—. Una de sus dueñas, Violet, es dominicana, y fue quien me atendió y me explicó todos los beneficios de la hidroterapia del colon.

Para quienes se preguntan para qué sirve, el colónico es básicamente un método de eliminación de residuos desde el colon, sin uso de drogas ni laxantes. Mediante la introducción de agua filtrada, los residuos se ablandan y esto conlleva a una evacuación a través del movimiento intestinal natural. A través de este proceso se consigue una pérdida de peso, el control de alergias, calmar los dolores crónicos, la eliminación de gases y la hinchazón, así como la reducción del estreñimiento.

Bueno, pero de vuelta al proceso: me acosté en la cama y Violet me pasó un tubito con un sobrecito de glicerina —ya ustedes saben para qué—. Después de insertármelo en privado, ella entró de vuelta en la habitación y me masajeó el abdomen suavemente, para facilitar la evacuación. El agua entonces comenzó a fluir, y sentí cómo mi barriga se “inflaba”, mientras
ella me explicaba que debo tratar de aguantar tanta como sea posible, para luego dejar ir suavemente y así empezar el proceso. Así comienza la rutina: agua entra y agua sale. Cuando crees que ya no te queda nada, recuerdas que los intestinos son largos y hay muchas cositas feas pegadas a ellos, así que hay que insistir. Después de los primeros 15 minutos, el proceso se vuelve fácil y me comencé a sentir mejor de inmediato. Por un tubo cercano veía toda la basura que tenía dentro desde quién sabe cuándo, y esas son las cosas que justamente causan un montón de enfermedades. Al final, me sentía el vientre plano y el interior vacío. Violet apagó la bomba, y me retiré al baño unos momento por si todavía quedaba algo.

En 45 minutos ya había terminado, y me sentía increíblemente bien. Me dieron unos probióticos y me recomendaron llevar una alimentación de vegetales cocidos durante el primer día.

En cuanto a los beneficios prometidos, desde ese día llevo siete libras menos. Nunca he sufrido de alergias graves, pero desde hace un año estaba teniendo un salpullido y no terminaba de dar con la causa. Al hacer un detox combinado con una serie de colónicos, nunca más me ha vuelto a pasar. Aparte, estoy mucho menos ansiosa y la hinchazón frecuente que llevaba durante seis, siete meses al combinar proteínas y carbohidratos ya casi no me pasa.

De esa reacción negativa inicial a la recomendación de mi hermana pasé a creer en el proceso. De hecho, me volví a hacer otro colónico a las cinco semanas, y me hice un tercero en julio. Si ustedes tiene curiosidad y van a estar por Nueva York, pueden asistir al My Wellness Solutions y, si mencionan que van de parte de Vita Healthy & Fit, pueden recibir un descuento
de 10%. ¡Anímense!

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